Paisajes simulacro
COMISARIADO
Rafael Blanco, Paloma de la Cruz, Eduardo Rodríguez, Delia Boyano
El Vuelo de Hypnos (XIII), 2021-2022. Almedinilla (Córdoba)
Trabajar el pasado desde la contemporaneidad, sin afán historicista, interpretando e interpelando la memoria, explorando los descartes, volviendo al mito cuando este ya se había superado, conectando símbolos ancestrales sin descifrar con nuevos códigos de la última revolución digital, removiendo la tierra que pisaron otras civilizaciones y provocando nueva vida, construyendo paisajes desde lo abstracto, agitando el cuerpo como liturgia e invocación de la experiencia colectiva... Las posibilidades que sigue ofreciendo Almedinilla y su deslumbrante patrimonio (histórico, social y natural) para que los artistas contemporáneos desarrollen proyectos específicos parecen inagotables desde que en 2005 se presentara la primera edición de El Vuelo de Hypnos.
Es en el paisaje donde los artistas participantes de la decimotercera edición de El Vuelo de Hypnos han puesto su interés, desde realidades muy distintas y complementarias. Las obras de Rafael Blanco, Paloma de la Cruz, Delia Boyano y Eduardo Rodríguez presentan el paisaje como tropos, desarrolladas entre diciembre de 2021 y junio de 2022, con meses previos de preparación y visitas exhaustivas a los espacios museísticos y patrimoniales mencionados. También accediendo a esos lugares cerrados al público, como el almacén de restos arqueológicos, donde descansan los tesoros no expuestos de la localidad en sus diferentes períodos evolutivos, un absoluto deleite para trabajar desde la contemporaneidad. Uno de los motivos de dividir el proyecto en dos etapas ha sido facilitar el desarrollo sosegado de los mismos, permitiendo el avance y evolución de las obras creadas a medida que se asientan en el territorio que las ve nacer. Igualmente supone una segunda oportunidad para provocar una activación con públicos seleccionados y ampliar sus significados. También una vía para hacer didáctica del arte contemporáneo, algo tan necesario y menospreciado. Así, las obras creadas se convierten en paisaje, se mutan con el entorno y permiten un diálogo cotidiano para quienes las habitan a diario. También para los visitantes esporádicos, cuya visita a Almedinilla resulta un verdadero shock temporal, donde las capas de la historia se solapan, como en un palimpsesto, con cabida para el arte del presente.
Paisajes simulacro (descargar catálogo)
Geometrías vinculares, Rafael Blanco
Pintura mural. 50 metros longitud x 4 metros altura
La propuesta de Rafael Blanco es un planteamiento plástico en torno al paisaje que codifica y contiene aspectos significativos-especulativos de los modelos de cultivo del olivar, incorporando iconografía abstracto geométrica Íbera (del Cerro de la Cruz) y otros recursos plásticos en su estructura, para añadir una capa de significado que lo acerca al concepto de identidad de una población asentada gracias a la agricultura. Para Blanco, como artista que reside y pertenece al ámbito rural, que vive, siente y piensa en este contexto; es una responsabilidad y un objetivo trabajar con conceptos en torno al paisaje que le rodea, contribuyendo a aumentar el tejido que aune nuestro territorio con la cultura, porque no podemos olvidar que la cultura no es un ente inactivo que mira al pasado, sino un organismo vivo que se hace y construye con las manifestaciones e implicaciones que los seres humanos hacen sobre el medio en un tiempo concreto. En 2022 el artista realiza un taller artístico y didáctico con los alumnos del Colegio Rodríguez Vega, poniendo en práctica esos motivos decorativos íberos en relación al paisaje del olivar. Los alumnos visitararon el poblado Ibérico del Cerro de la Cruz y el Museo Histórico Arqueológico hasta realizar un mural en el propio centro educativo.
Eros y Psique. Primera vigilia: lecho de hierba, Paloma de la Cruz
Cerámica bizcochada sobre estructura de poliuretano. 160 x 100 x 80 cm
De la Cruz viene trabajando desde hace años con el barro como material principal de sus proyectos. En Almedinilla ha modelado una escultura a partir de 1.700 piezas de barro de diferentes colores con el mito de Eros y Psique como fondo, relato que también aparece en el patrimonio local encontrado durante las excavaciones de la Villa Romana; también relacionada con el Hermafrodita danzante y su más que probable ubicación en torno a la fuente del patio de la Villa Romana. La obra funciona como elemento arquitectónico recreado, pero también como metáfora del cuerpo convertido en paisaje y de la dualidad, de lo no binario y la convivencia entre distintos, claramente simbolizados por el cromatismo de la escultura. Paloma “continuó” con su obra convirtiéndola literalmente en fuente, gracias, por un lado, a un mecanismo que hacía fluir agua por su superficie y, por otro lado, a la performance que Delia Boyano ejecutó en verano de 2022.
Eros y Psique. Delia Boyano
Performance, esculturas cerámicas, vestuario y agua.
La artista malagueña realizó en la noche del 11 de junio de 2022 una performance en torno a la instalación Eros y Psique. La escultura de Paloma recobró literalmente vida con los movimientos y acciones de Delia. Un ritual que se inició lento e íntimo, abrazada a la escultura-fuente, mientras el vestuario y otros nuevos elementos escultóricos como máscaras, campanas y cuencos cerámicos, cobraban protagonismo a la vez que las acciones de la performer se aceleraban y provocaban sonidos con los elementos. El público, repartido en el patio de la Villa Romana, permanecía expectante observando las idas y venidas de Delia por la domus. Una acción ciclíca donde se pudo escuchar el fluir del agua desde el interior de la escultura gracias a un mecanismo que Paloma situó en su interior para dar una nueva vida a su obra.
Cero, Eduardo Rodríguez
Instalación
Rodríguez se ha servido de su vinculación personal con la localidad para indagar en el archivo fotográfico familiar y aportar nuevas imágenes al “año cero” (1988-1989) de Almedinilla, ese en el que las obras de la carretera comarcal se topan con las primeras piedras de la Villa Romana. Ha trabajado con el archivo y almacén de restos arqueológicos de Almedinilla, ese espacio donde se custodian miles de piezas descartadas para su musealización y otros tantos kilos de tierras extraídas de las habitaciones del yacimiento, para con todo este material trazar un nuevo itinerario por la historia y reivindicar los descartes de la historiografía. Aquellas bolas de tierra y trigo que dejó más o menos ordenadas en el jardín de la Villa Romana germinaron sin intervención humana. Tras un seguimiento fotográfico y personal durante meses del propio artista, pudo proceder a la siega del grano en verano, trabajo que ejecutó en una suerte de fin de ciclo su tío, propietario de las tierras que él mismo había trasladado hacia el yacimiento y que allí tenían su origen cuando aparecieron los primeros restos arqueológicos. Eduardo ha editado un vídeo que recoge ese tiempo de siega y recogida del trigo a mano, tal y como se venía ejecutando en los terrenos donde ahora está la Villa Romana de El Ruedo. Además, ha creado una nueva instalación para el Museo Histórico Arqueológico: un conjunto de tres cajas-urnas de cristal transparente que albergan restos de estucos originales de la habitación de la Villa Romana que ha servido como medida para el proyecto. Los estucos pintados, guardados desde su descubrimiento y restauración en el almacén de restos arqueológicos, han visto la luz por vez primera, usando que técnicas híbridas de musealización y artísticas.
2023 © JUAN LÓPEZ LÓPEZ